LOS NIÑOS VESTIDOS DE NEGRO
Me contó una amiga querida- la pintora Sofía Gandarias- que hace algunos años, durante una visita de trabajo en Sri Lanka, antiguo Ceylán, se sorprendió al encontrar en las calles a grupos de niños vestidos con túnicas negras. No le pareció que se tratara de una señal distintiva de alguna casta o etnia particular, sobre todo
porque ningún adulto vestía de esa manera. De pregunta en pregunta, de indagación en indagación, acabó encontrando una explicación para las insólitas vestimentas. Las familias de esos niños habían sido convencidas para entregar sus hijos a militantes del islamismo en su versión violenta, la yijad, para que acabasen convirtiéndose en mártires de la revolución islamista o dicho con otras palabras, se pusieran un día un chaleco cargado de explosivos y fueran a hacerlos explosionar en un mercado, una discoteca, una estación de autobuses, en el sitio donde pudieran causar mas muertes. Ignoro si a esos padres y a esas madres les pagaron compensaciones materiales o si todo quedó en la promesa fácil de una entrada inmediata en el paraíso de Alá. No sé si aquellos niños de túnica negra todavía estarán a la espera de que les llegue su hora o si ya no pertenecen a este mundo. No sé nada y me voy a detener aquí. No es que me falten las palabras, es que me repugnan.
Del blog de José Saramago (1922-2010) Escritor portugués, periodista y miembro del Partido
Comunista Portugués sufrió censura y persecución durante la dictadura de
Salazar. Escéptico e intelectual mantuvo una postura ética y estética por
encima de la política partidaria y se comprometió con el género humano. En 1998
recibió el premio Nobel de Literatura
No es fácil comprender algunos recovecos de la mente humana. Cómo imaginar a alguien criando y educando a un niño para ser "suicida" y así agradar a un supuesto dios.
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